
Vaya forma de vivir la Navidad, con eso de las pelotitas rojas, los arbolitos y el gordito aquel, también vestido de rojo y de barba blanca. Es un tiempo que para algunos se reduce al uso de tarjetas de crédito a destajo, cintas y papeles de colores, quizá una tarjeta garabateada con una portada de colores exóticos que no dicen nada o alguna figura abstracta donde se desea “Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo” en letras de molde, y manuscrito un...