viernes, 14 de septiembre de 2012

La venganza es un plato dulce si se sirve… plegado y en papel.


La venganza es un plato dulce si se sirve… plegado y en papel. Es lo que debió pensar el protagonista de esta historia. Recibió una multa cuyo importe era $137 y decidió cumplir con su condena pecuniaria, pero a su manera. Para empezar consiguió cientotreintaysiete billetes de 1 dólar, que ya supone entretenerse en varios establecimientos consiguiendo cambio. A continuación se requiere la suficiente paciencia y habilidad en el arte nipón del origami o papiroflexiapara convertir todos esos billetes en cerditos. Pero lo mejor es el sutil detalle del objeto que utilizó para transportarlos.
¿Cómo acceder a una comisaría de policía llevando algo que no querrán recibir?
Fácil, haciendo que el contenedor del paquete no deseado tenga la apariencia de algo que tradicionalmente se supone que genera una gran atracción en los agentes de la autoridad. El ocurrente ciudadano que sufrió la imposición de la sanción confiesa que le llevó cuatro horas de su vida la labor de plegado de la piara papirofléxica. Lo de reunir esos 137 cerditos en billetes de 1 dólar en el interior de dos cajas de donuts supone un detalla final que abunda en la sutil protesta. -