lunes, 19 de agosto de 2013

¿Querido Einstein, los científicos rezan?

Una vez que una estudiante de sexto grado de Nueva York, escribió una carta a Albert Einstein.
"Querido Einstein , los científicos rezan?"
En enero de 1936, una joven llamada Phyllis escribió a Albert Einstein, en nombre de su clase de escuela dominical, y preguntó: "¿Los científicos rezan?"
_________________________________________________________________________________

Querido Dr. Einstein,

Le comento una pregunta que surgio en las clases dominicales de religión: ¿los científicos rezan? . Comenzamos preguntandonos si se podía creer tanto en la ciencia como en la religión. Para eso nos dirigimos a ud. para tratar de tener una respuesta a nuestra pregunta .

Nos sentiremos muy honrados si usted responder a nuestra pregunta: ¿ los científicos rezan, y si lo hacen qué oran?

Estamos en el sexto grado, clase de la señorita Ellis.

Atentamente,Phyllis



_________________________________________________________________________________

Sorprendentemente Einstein respondió a esta carta solo 5 dias despues, el 24 de enero 1936.


Esta fue su carta de respuesta:
_________________________________________________________________________________

Estimada Phyllis,

Voy a tratar de responder a su pregunta tan simple como pueda. Aquí está mi respuesta:

Los científicos creen que todas las apariciones, incluyendo los asuntos de los seres humanos, se debe a las leyes de la naturaleza. Por lo tanto un científico no puede ser inclinado a creer que el curso de los acontecimientos puede ser influenciado por la oración, es decir, por un deseo sobrenatural manifiesto.
Sin embargo, debemos reconocer que nuestro conocimiento actual de estas fuerzas es imperfecto, por lo que al final la creencia en la existencia de un espíritu final, está muy extendida a pesar de los logros actuales en la ciencia.
Pero también, todos los que están seriamente involucrados en la búsqueda de la ciencia estan convencidos de que un espíritu se manifiesta en las leyes del universo, que es muy superior a la del hombre. De esta manera la búsqueda de la ciencia conduce a un sentimiento religioso de un tipo especial, que seguramente es muy diferente de la religiosidad de alguien más ingenuo.


Con cordiales saludos,

Suyo A. Einstein.

24 de enero 1936.